Es un efecto dominó sin error: llega el julio, llega el verano y, por lo tanto, ya tenemos aquí el deseado verano y sus vacaciones. Y pensar en eso nos lleva, en cantidad de ocasiones, a tener en mente la arena de la playa, la luz del sol y el horizonte infinito del mar. A tener en mente, en definitiva, la costa. 

Y en nuestro territorio hay un litoral de excepción, centro neurálgico de las vacaciones de personas de todo el mundo. La Costa Brava es uno de los grandes atractivos turísticos, pero también naturales y patrimoniales, de Cataluña, y en medio de este paraje bucólico se encuentra el Sallés Hotel & Spa Cala del Pi, en Playa de Aro, un complejo hotelero situado en una antigua masía con deliciosas vistas al Mediterráneo. En este sentido, el hotel tiene acceso directo a la cala que le da nombre, así como al reconocido Camino de Ronda, un recorrido lleno de detalles que acaricia toda la costa gerundense.

Gastronomía, relax, excursiones…

Pero el atractivo del hotel no solo es su estructura majestuosa. Así pues, el complejo de cinco estrellas brinda un entorno en sintonía con el espacio: el recinto está rodeado de pinos, uno de los árboles más emblemáticos del territorio, y su verdadero potencial radica en el amplio abanico de servicios y posibilidades que ofrece. 

Una de las principales atracciones es el espacio destinado al SPA & Wellness, puesto que desde el hotel una de sus preocupaciones mayúsculas es el bienestar de sus clientes. En concreto, hay más de 600 metros cuadrados destinados al relax, una oferta que incluye una piscina climatizada con bancos lumbares, camas de agua, cascadas, bañeras de hidromasaje, fuentes de hielo, duchas de sensaciones, saunas finlandesas, cuevas de sal y de hielo o Hammam-baños de vapor, entre otras actividades. Además, el hotel también pone a disposición de los usuarios una zona de tratamientos de belleza y bienestar específica, donde los diferentes profesionales tienen como misión asesorar al cliente para poder gozar de momentos únicos y exclusivos. 

Más allá del SPA, de acceso gratuito para los clientes del hotel, existen otros compañeros de viaje indispensables y aptos para todo tipo de gustos y aficiones. Hay, por ejemplo, paquetes de experiencias con el sello distintivo del Empordà, unas opciones muy ligadas a la viticultura, a las rutas con barco y a los recorridos con bicicleta. Ahora bien, quien opte por experiencias más íntimas también puede optar por packs exclusivos muy ligados, también, al Wellness: desde sesiones de yoga con vistas al mar hasta masajes de autor (Arrels) o un billete exclusivo para gozar de los grandes puntos fuertes del Spa.

Y obviamente, teniendo en cuenta la zona, no puede faltar la gastronomía característica del territorio. En el caso del Sallés Hotel & Spa Cala del Pi los fogones están muy bien representados mediante el chef local Enric Herce, el encargado de ofrecer junto a su equipo un viaje gastronómico de contrastes, dado que combina el mar y la montaña con productos autóctonos y un resultado que baila entre la tradición y la modernidad culinaria.

Fuente: GIRONANOTICIES.COM